jueves, 21 de julio de 2011

Demasiado tarde


                                                Foto Mark Arbeit.

Aullidos imprevisibles, jauría de hormigas hambrientas, resbalaban en la piel dibujando trayectorias aleatorias, a veces conseguían abrir una brecha, casi invisible, penetraban, y, de estrago en estrago, derramaban los adentros.
Queda un rastro de nada, ceniza de anónima madera. Los ojos que cercaban se alejan en una mueca de desprecio.
El silencio llega demasiado tarde, ya es otro.

1 comentario:

© José A. Socorro-Noray dijo...

Es cierto, por mucho que nos empeñemos, a veces el silencio llega demasiado tarde.


Un abrazo.