lunes, 24 de enero de 2011

Conversaciones con mojito (2)

Demasiadas mujeres, en demasiados países hablan el mismo idioma: el silencio. (Anasua Sengupta)

Entre dos verdades pata-físicas y un poema absoluto, me fui de copas al bar de la esquina.
Mojito, como siempre incapaz de soportar el silencio, preguntó:
- ¿Qué tal hoy?
-Bien, dije, pero algo perplejo ante el silencio.
-Bueno ya sabes que silencios hay muchos. Los hay tontos, mortales, de monasterios, de humedades, poéticos, de esclavos. Silencios grabados en una absoluta rigidez, incluso muchos que no dicen nada.
-Cierto, ¿Pero qué me dices del silencio de los objetos imaginarios?
-Que la historia se escribe con el silencio de los muertos.
-Ya, pero la indecencia del presente no justifica el silencio del futuro; no obstante la excesiva virtualidad de las soluciones.
-Hombre, dentro de la ascensión del vacío hacia la periferia, es más fácil llegar a la erudición del silencio que a los matices de la verdad…

Antes tenía un nombre


Antes tenía un nombre, en mi frente lucia un clavo y mis brazos eran aspas de cometa fría. Antes tenía un nombre, ahora no, ahora soy una piedra anónima, de mis grietas brota el agua, color rojizo, y corre hasta el mar.


Avant j’avais un nom, sur mon front luisait un clou et mes bras étaient des rayons de comète froide. Avant j’avais un nom, aujourd’hui non. Aujourd’hui je suis une pierre anonyme, de mes failles l'eau rougissante coule jusqu’à la mer.

jueves, 20 de enero de 2011

Conversando con un mojito.


¿Qué coño haces aquí?
Preguntó mojito,
hurgando en la herida de mi deseo.
Soñaba –dije-
En la ligera vibración del aire,
la parábola balística escribía
el silencio definitivo.

martes, 18 de enero de 2011

Carrusel ruso.



Quelques pas d’une aube anonyme,
cinq vides, un plein.
Clic ! Noir perd.
Bang ! Le rouge gagne.
Manège russe,
dans la tache de sang,
l'éclat d’un sentiment dilué.
Sans le léger pessimisme
d'une balle,
on finirait par croire
que l’on jouit vraiment.




Pasos de un anónimo amanecer,
vacios cinco, uno lleno,
¡Clic! Negro pierde.
¡Pan! Rojo gana.
Carrusel ruso,
en el charco de sangre,
brilla un sentimiento diluido.
Sin el leve pesimismo
de una bala,
acabaríamos pensado
que gozamos realmente.



Amor o dolor de muelas…

                                                                   JMA
Je cherche une fêlure une fêlure pour être brisé. Georges Bataille.

Todo está al revés, ya no es lo que fuera y nadie se entera.
Protagonista de anónimos nublados, entre dos estaciones conduces una mesnada de silencios, un verso mira su ombligo
como si fuera el epicentro de todo el misterio.
Y reina el pesimismo radical de la conversación ordinaria, autodestrucción en palabras
que vuelan destornillando adjetivos en los encajes de las prostitutas mundanas.
Retorica urgente en el cadalso de unos pechos, mariposas de convicciones insignificantes, alternativas al museo de almas muertas.
Babilonias construidas sobre las ruinas de antiguas resistencias, cuando los hombres eran indiferentes a su propia vulnerabilidad, y pulían las palabras con balas de venganzas frías.
Por cierto, los buenos escritores son los escritores muertos, no obstante el té perfumado de cítricos y sus armaduras de acero blando.
Amor o dolor de muelas… Lo siento, no sé huir.
Que importa, brilla la noche y el deseo muere entre tus manos.

lunes, 17 de enero de 2011

Ultimo adulterio...


Parece morir en víctima solitaria,
tal vez víctima de una cirugía estética,
o nada bordada en estética de la pose,
del último himen nada recuerda;
el arte llegará virgen a su último adulterio.

martes, 11 de enero de 2011

guichet automatique (r)

                                                                foto JM Alloza.

Au guichet automatique,
voulant retirer une œuvre
d’art,
il s’est noyé dans le battement
d’un cil tempête, clôture
des yeux
qui dessinent la nouvelle
géographie du temps,
alors,
les cœurs couleur d’océan,
sombrent dans l’imaginaire,
jusqu’à l’aimer davantage
que la vie elle-même.

sábado, 8 de enero de 2011

Vitrine



La vitrine de mots
n’a plus de circonstances
atténuantes,
dans le contre-jour
elle s’est coupée en deux,
Moi,
elle rêve aux précipices,
qui font éclater l’été
dans le cilice
de l’entrejambe,
s’invente une âme
et veut mourir
plus loin que les mots,
survivante dans le confort
étrange,
d’une distance qui s’oublie
elle-même,
la mort ne peut dissimuler,
la dernière des vies…

miércoles, 5 de enero de 2011

Escaparate

El contraluz se partió en dos,
con uno soñaba precipicios,
con el otro mecía sestercios.

El escaparate de palabras,
no tenia circunstancias atenuantes.