martes, 29 de junio de 2010

Porque la quería…

Paul-Armand Guette
Le pubis de Sophie ou l’hésitation du regard, 1992



Soñaba un mundo tal como podría ser…

La quería y dibujaba su piel en las vocales,
escribía lagrimas de ausencia,
se ofrecía tímido y desnudo
hasta ahogarse en el azul de sus pupilas
y sus ojos brillaban como los de un niño
mirando el mundo más allá de las apariencias.

Porque a veces la vida
puede ser como una novela,
cuando florece la frase
que reinventa otra existencia

Fue luz en el roce de su piel
como si la ciudad del sur
-reconociendo lo que buscaba-
realizara de manera instantánea,
la posibilidad de danzar en la locura deseada.

Y empapado de su voz
supo que era el final de todos los caminos.

Las palabras se besaron,
cuerpos cada segundo más sinceros
ante el milagro de ser escuchados
y evitar el silencio sin regreso.

La quiere más que su vida, más allá del deseo.

No hay nada más que decir,
nada mas que hacer,
solo le queda renunciar a sí mismo
y volver a nacer
bailando en esa verdad que todo ilumina
y que es amor y es encuentro.


Así murió un poeta en el rubor de un beso.

sábado, 12 de junio de 2010

Vacaciones


Quiero pediros disculpas por mi ausencia de comentarios y visitas estos últimos días, creo que necesito descansar y tomarme unas buenas vacaciones. Me voy a pasar unos días a la orilla del mar que me vio nacer. Lleno del azul del Mediterráneo volveré, espero, cargado de poesía y aliento.

Antes de marchar quisiera deciros una cosita.

No dejéis nunca que los conceptos y las teorías de la experiencia reduzcan y deformen la variabilidad infinita, la imprevisibilidad, lo inesperado de vuestra propia experiencia.

Dentro del no que exprime la resistencia a la barbaridad y a la crueldad del mundo, existe un sí. El sí de la poesía. La poesía del amor y de la fiesta, la poesía del juego y de la exaltación, la poesía indisciplinada e irreductible al dogmatismo de los doctores que es castración.

Y basta ya, que me voy de vacaciones :-)

Hasta pronto amigos, besos y abrazos.

jueves, 3 de junio de 2010

Entre dos aguas o tal vez no...



Hay días grises de ceniza
y la lluvia llora lágrimas hacia adentro.

Hay días de bares con guitarra
y las copas de vino saben a tu cuerpo.

Hay días de ahorcados
y en cada árbol se estrangula un anhelo.

Hay días de miedos
y no hallo palabras para hilvanar el sueño.

Hay días de recuerdos
y sólo aparecen silencios en el espejo.

Hay días en que sé que te quiero
y entonces ya no tiene importancia el tiempo.

Hay días en que la muerte es un hasta luego
sin estar seguro de creer en la verdad del silencio;
a pesar de la fragancia que tienen tus besos.