viernes, 31 de diciembre de 2010

La nuca de tu beso

Orilla de palabras, sin aliento,
de rodillas entre estas dos paredes,
atando el crepúsculo y en silencio
cantar la isla de tus ojos que cercan
el encaje de un sostén de hilo negro.


La brisa de tus dedos quema mi mano
e invento las palabras para esconder
los temblores de mi cuerpo en el acorde
de tu cadera, que sueño hembra sumisa
al color de ambos sexos,
y quiero hacerte el amor esta noche,
y todas las que quedan por vivir,
quemando el sol que tiembla imaginando
los dedos-pulseras en tus tobillos,
son enredadas llaves
de tus muslos, camino, ofrenda y vino.


De la lámpara verde, color blanco
de tu ausencia, tal vez queda un amargo,
que arranca hipnotizado, Rachmaninoff,
y bocabajo escucho pensar las rocas
en un estrepito de astillas laberinto
suave -a veces grave- y gira intermitente
un callejón sin salida que me dice :
escribir es sin sentido, si no es para ti.


Esto no es un verso,
es perla de sudor en la nuca de tu beso.


A todos os deseo un feliz año.  

lunes, 13 de diciembre de 2010

Larme bleue.



Guette bien fantôme
sans yeux,
Elle est à moi jusqu’à l’aube,
chaque nuit sans faillir,
dans le rêve
qui nous fait défaillir,
guette, fantôme, guette
les jaloux d’or
qui veulent entendre nos cœurs.

Mais je dois partir, malgré moi,
Elle me trouble au soir des poètes,
et je ne guéris pas de l’aube,
ni des espaces,
le chagrin ne fait que croître
dans les ondulations de lune.
-Ne le vois-tu pas ? -

Gardez-vous fantômes translucides,
il se pourrait que d’une larme
morte, je vole vôtre royaume.

Over and out.

JM. Alloza


Entre Ella y El,
busca el paradójico espacio,
re-verso de la palabra susurrada,
incógnita de una ecuación soñada.


Toca la intención
un corto instante, los dedos y el color,
matiz en blanco y negro,

Mañana seré exacto y fuerte, hoy no,
en el cobre de la barra cabe una sola frase:
¿Es la mujer de ojos sin fondo?

Cigar Cutter The Man I Love

Os pido disculpas por mis ausencias; en este momento no tengo fuerzas para comentar ni para responder a los comentarios. Voy a descansar durante unos días, allá por el Sur. Al pie del Atlas, buscaré un lugar donde pueda enterrar el olvido.
Besos y abrazos.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Corto.



La existencia es otro lugar...

No hay disfraz que pueda largo tiempo ocultar el amor donde lo hay,
 ni fingirlo donde no lo hay.
François de la Rochefoucauld.

Carcajadas azules

JM. Alloza.


Aquí no quedan palabras,
ni silencios, ni lluvia,
ni tacto, nada para escribir,
ni siquiera tristes versos.


Mas soy un cadáver sonriente,
contando huesos dispersos
en las orbitas de los cráneos
que ríen en carcajadas azules.


Desde los confines sin sentido,
de donde nadie vuelve,
e incógnitas son estilete
escapatoria
a la insolencia del miedo
consciencia.


Sopla un viento suicida,
no sé si habla,
no sé si calla,
no sé si canta.


La caricia fugitiva,
-brisa elegante y cálida-
despliega sus alas
en sueños inmortales.


Su mirada mis ojos cautiva,
alucinando el alma
en una isla desconocida,
allí donde acaban todos los viajes.

Tal vez un tango...

jueves, 2 de diciembre de 2010

Pídeme.

Isabel Muñoz

Pídeme que renuncie
al estremecimiento
cuando cruzo tu mirada.
Pídeme que renuncie
al tacto de tus yemas,
cuando pides un cigarro.
Pídeme que renuncie
a la locura
-incrédula de belleza-
cuando escucho tu voz.
Pídeme que renuncie
al tango de tus caderas
cuando subes la calle.
Pídeme que renuncie
al espectáculo de tus manos
cuando pintas tus labios.
Pídeme que renuncie
a la belleza de tus gestos,
elegantes y sutiles.
Pídeme que renuncie
al sentimiento que disuelve
en la vulnerabilidad lirica.
Pídeme que renuncie
a la gracia de las palabras
trayectorias.
Pídeme que renuncie
al sueño de leer juntos,
hasta el final de la noche.
Pídeme que renuncie
a los secretos de tu cuerpo.
Pídeme que renuncie
a las filigranas
en el torbellino de deseos.
Pídeme lo que quieras,
prívame de todo, incluso de ti,
si quieres,
mas no me pidas que deje de amarte,
eso no puedo.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Demande-moi



Demande-moi de renoncer,
au frémissement de mon corps,
quand je croise ton regard.
Demande-moi de renoncer,
à la chaleur de tes doigts,
sur ma main,
quand tu veux une cigarette.
Demande-moi de renoncer,
à la folie, incrédule de beauté,
quand j’entends le son de ta voix.
Demande-moi de renoncer,
au tango de tes hanches,
quand tu montes la rue.
Demande-moi de renoncer,
à la saveur de ta bouche,
Demande-moi de renoncer,
au spectacle de tes mains,
quand tu peints tes lèvres.
Demande-moi de renoncer,
à la beauté des tes gestes,
élégants et subtiles.
Demande-moi de renoncer,
à ce sentiment qui dissout
la vulnérabilité lyrique.
Demande-moi de renoncer,
à la grâce des mots trajectoires.
Demande-moi de renoncer,
au rêve de lire ensemble
jusqu’au bout de la nuit.
Demande-moi de renoncer,
aux secrets de ton corps.
Demande-moi de renoncer,
aux filigranes
dans le tourbillon des désirs.
Demande-moi ce que tu veux,
prive-moi de tout, même de toi,
mais ne me demande pas de cesser de t‘aimer,
ça je ne le peux pas.