domingo, 28 de agosto de 2011

Intermezzo sin número

Cualquier número es un buen cadáver para abrir la puerta. Me he cansado de escribir exquisitos, es una razón necesaria para no llegar hasta a la putrefacción del misterio. Los intermezzos brotan de las grietas del asfalto negro. Negro como le da la gana, de noche o de día, sin preocuparse de la intimidad de mis biorritmos. Ritmos biológicamente perturbados por el parpadeo de tus ojos. Abrí y cerré los brazos como un hermano, un amigo, fue mi manera de esconder el deseo, ¿Cómo quieres que no recuerde tu escote?   

2 comentarios:

Toni Barnils dijo...

sólo diré bien, muy bien

una abraçada

José María Alloza dijo...

Gracias Toni.
Una abraçada.