viernes, 26 de agosto de 2011

Intermezzo 4

Cómo leerte, amor, sin la ebriedad del deseo. Cómo no pensarte, amor, en un silencio sutilmente enamorado. Cómo no quererte, amor, vencido en la gramática de tu piel. Cómo no soñar en tu boca el vino de Santorini, y el amor en equilibrio inestable a la orilla del acantilado. Acantilado de volcán abierto hacia el azul. El azul y blanco de un otoño en las Cicladas.


2 comentarios:

María Socorro Luis dijo...

Otoño en las Cícladas, casi nada...

Acantilados, volcán, Santorini... Un delicioso sueño.

Besosmúsicaymar.

José María Alloza dijo...

No sé, Soco, si esto es un sueño o un baúl de recuerdos que se cierra poco a poco. Me gustaría que fuera una maleta de viaje, pero eso no depende mi voluntad.
Besosdeacantilados.