jueves, 30 de junio de 2011

De mangueras y Coriolis


Como una improvisación. 

Al instante el reloj dice:
son las diez de la mañana,
sobre el oscuro del asfalto
una manguera amarilla
dibuja un corazón negro y oro,
los jardineros son dos jardineras,
las escucho desde mi ventana
regando de sus humedades
los graneros, cada día más bellos.

Ahora las miro enrollar las mangueras, y la abuela del tercero les envía un paquete de chocolate; Pienso…

En el hemisferio del norte,
todos los marineros enrollan los cordajes
en el sentido de las agujas de un reloj.
¿Cómo será en el hemisferio del sur?

El nombre sería perpendicular al eje de rotación, sí Coriolis no complicara la cosa al exceso, en el hemisferio norte le da por girar en el sentido de las manillas, y lo hace al revés al sur de las caderas.

Cuando me lavo las manos,
en el desagüe
tu nombre gira sin sentido.

4 comentarios:

Marián dijo...

Preciosos y reflexivos tus poemas...cada día me llegan más...que es como decir que te leo y te comprendo...

Besos...Jose María.

Anónimo dijo...

Y las horas pasan y sigo preguntándo(me): Que estás sintiendo poeta?
Deja de mirar el reloj que los días son dos y uno ya pasó.
Besitos

María Socorro Luis dijo...

Superoriginal!!!

Qué fácil ser poeta, cuando se descubre poesía en una manguera amarilla.

Dos besos enrollados en cualquier sentido.

Lore dijo...

Es facil contemplar tus hermosos poemas, pero que dificil es colarse entre sus líneas, aunque los vivas...
¡imposible!

Besos.