martes, 3 de mayo de 2011

Lisboa.


Soy un tranvía de colores,
talán, talán, talán,
subo por las calles estrechas
de trastiendas sin esperanza,
talán, talán, talán,
turistas de pestañas cerradas,
y memoria de cirugía estética
¡riiiin rin! ¡riiiin rin!
saludo al viejo de la esquina.
-¡Cuando vuelvas, subiré!
-grita-
y entre sus dientes murmura:
-tal vez sea demasiado tarde.
Talán, talán, talán,
soy un tranvía de colores,
y subo hasta el azul del cielo.

8 comentarios:

© José A. Socorro-Noray dijo...

No lo puedo negar, lo que más me gusta de Lisboa es el Chiado y Alfama. Siempre nos podremos tomar un buen café en A Brasileira junto a Pessoa.


Un abrazo.

lasmelancoliasdemarcus dijo...

Muy lindo.
Hay cosas que hacen que las ciudades sean mas pintorescas... los tranvías lo reflejan.

Saludos.
Cristofer.

Tesa dijo...

Qué mono.
Es tan romántico...

ADRIANA LAGOA dijo...

Tu poema tiene la música de Lisboa y su melancolía, es bellísimo!!!

María Socorro Luis dijo...

Precioso tu poema, alegre y festivo. Me ha llenado de añoranza,trasladándome a sus calles angostas llenas de historia.

Muxus

Unknown dijo...

Dan ganas de pasar por allí y decir al viejo: "ven, sal conmigo, ahora..." y sentir el ritmo acompasado sobre los railes del tranvía.
Me gustò, sì.
Abrazo.
Leo

Ricardo Miñana dijo...

El año pasado estuve en Porto, una pasada,
no llegué a Lisboa, pero hay un refran que dice:
Quem nao tem visto Lisboa, nao tem visto cosa boa,
el poema precioso.
un placer leerte.

Por problemas con el servidor de Google en mi blog se perdieron muchos enlaces, te he vuelto a seguir porque vi que se habia borrado, disculpa la molestia.
feliz semana.
un abrazo.

J.Lorente dijo...

Me parece escuchar la campanilla melancólica de ese tranvía como el anuncio de las pequeñas oportunidades... Esas que dejamos siempre para demasiado tarde.

Un Beso con Raíles, J.María.