lunes, 30 de mayo de 2011

Claustro.


La ilusión óptica
no sabe reconocer,
en ausencia del beso,
el abismo en su caída,

y arranca un grito único
en las gargantas cándidas
de pasajeros clandestinos,

conozco un mal en flor
en su propio vacío,
de ti como una droga
en mis entrañas,

ya que no escribiré peces
en tus labios,
seco el pubis de mi semen,

tal vez es hora de regresar
a la caricia de los perros,
y gozar la desesperación
de la noche
en sangre de poesía.

Escucha, amor mío,
el claustro de silencio
que me anuncia,
definitivo y sin sombra.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Escribes precioso, pero por favor. Podrías obviar tantos NOOOOOO!!!!?
Besitos poeta.

María Socorro Luis dijo...

Muy bello, aunque pesimista.

Con esa dulce nostalgia...

Besos..

Amelia Díaz dijo...

Qué REBIEN escribes, Alain querido.
Eres un poeta sublime!!!

Ese claustro ha quedado perfecto.

© José A. Socorro-Noray dijo...

Es en ese claustro de silencio
donde huye el tiempo
y se engendra el verbo.


Un abrazo.