Funámbulo sobre el hilo del deseo,
corazón enlazado en el fuego temerario,
besarte el alma quisiera, mi bien amada.
Y en la tarde excelsa del otoño,
en un silencio decoroso,
suavemente acariciar tu mejilla.
Palabras desnudas dibujando,
un arco iris de sabanas eternas,
paginas abiertas hacia el infinito.
Y al amanecer de la noche anhelada,
con el perfume de la piel en las yemas,
beber el nuevo día, en la copa de tus entrañas.
12 comentarios:
Leo este poema de deseo y ternura e inmediatamente siento la necesidad de enviarlo a una persona concreta, con la que voy abriendo páginas -hacia el infinito- y en cuya copa quiero beber cada nuevo día.
Un abrazo y gracias por tus versos, Á.
Jose María es hermoso......
Una belleza, Jose María. Para mí, de cinco soles...
Muxu ta muxu.
Hola.
Bello, de palabras suaves.
Como si fuese hecho, en ese momento de éxtasis, mientras le hablas al oído.
Saludos.
Cristofer
"beber el nuevo día, en la copa de tus entrañas."
No existe modo mejor de amancer, José.
Enhorabuena.
Un abrazo.
Leo
Así beberás todo cuanto quieras...
Llego a tus letras, y continúas sorprendiendo(me)
Besos
Sutil, romántico, equilibrista de luces... Belleza en las palabras que describen el amor.
Besos amigo. Bonne nuit!
uau precioso!
Hermoso, cada verso delicioso, de verdad te inspiraste.
Un abrazo.
¡Pura delicatessen!
El cierre,
"beber el nuevo día, en la copa de tus entrañas"
es sublime.
Un abrazo.
El amanecer nos llega, como una luz imprevista, como el amor que se cruza, sin quererlo en nosotros.
Un Abrazo
Hola, hay novedades en el blog del encuentro de poesia.
Un abrazo
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