domingo, 14 de noviembre de 2010
Espada de la musa
El pronóstico del tiempo
diríase excelente,
para el cuervo famélico,
encaramado en una ondulación
de neblina amnésica.
A la sombra de la espada
abandonada en la pesadilla
-extraña-
de un círculo salta-caminos.
Silenciosa, ya,
la mácula lóbrega
en la arena parece olvidada,
y lánguidamente naufraga.
La Nada se preocupa, ahora,
de la sombra que llevaba
mi nombre, temperancia
y velamen de deseos mutilados.
Palabras al filo de la noche,
pecho atravesado de un tacón
carmín, color de su nombre,
silencio, espada de la musa.
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6 comentarios:
"La Nada se preocupa, ahora,
de la sombra que llevaba
mi nombre, temperancia
y velamen de deseos mutilados."
Creo que es imposible escribir mejor ni más bello que como tú lo has hecho con estos cuatro versos. Leyéndote, enmudezco... pero disfruto aprendiendo.
Un fuerte abrazo.
Muchas veces me he sentido víctima de la espada de la musa, de su silencio que se apodera de mis noches y sus tacones....
Excelentes versos, José Marìa!
Un fuerte abrazo.
Leo
Bon jour.
Con una muda reverencia, mi silencio y dos besos.
La musa lleva espada con que bordar las sinfonías silenciosas de la tarde.
Besos amigo. Feliz semana.
Pecho atravesado de un tacon carmin, que bello, pero parece algo masoca o fetichista, en cualquier caso me gusta. Muy bueno.
Oye comentanos la foto, porque no tengo claro que hace el tipo ese espatarrado en medio de una zanja y que va a hacer con la mujer. Un abrazo.
La espada es la pesadilla cortante del recuerdo cuando profundo es el deseo del que amo en la espera del abrazo.
Un bello poema.
Un abraciño.
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