jueves, 28 de octubre de 2010

Necrología anticipada.


Si llegara la hora de morir,
dejaría huellas hipnóticas,
señales transparentes,
que borrarían los halos extraños
de tantos escenarios imaginarios,
palabras huecas disfrazadas de deseo.

Recordaría que no existía,
antes de matarse en esa nube herida,
y que ahora conoce la fecha y hora
de los reptiles atragantados,
perdidos en un rostro claridad.

Si llegara esa hora, recordaría
que amaba, cuando ya no quería,
antes del Bing Bang, antes del deseo,
antes de que se desplegara - amarga y fría-
la lluvia memoria, testamento de ese día
y sabor del cadáver silencioso.

Recordaría que a pesar del presagio,
se acostaba pensando -y cada noche crecía-
un árbol de naranjas color poesía,
vestido de translucida lencería, y este decía :
bésame, así, sin motivo, tal vez conocerás
la lujuria de los pecados desmayados.

De Escila a Caribdis ha buscado
la significación de la (i)legitima indiferencia,
ha cambiado tanto, que ni se da cuenta.

No hay nada que entender…

12 comentarios:

Fernando dijo...

Dices que no hay nada que entender y lo explicas todo, El árbol de maranjas color poesía te inunda, el pecado no existe, quizás pequeños errores humanos imherentes a nuestra naturaleza, pero hemos sabido rescatarnos acudiendo a la poesía, poesía como la que tú haces, poesía pura y limpia que nos arrebata del universs de la tristeza y de la muerte. Un abrazo colosal, poeta.

Leonel dijo...

Nota necrológica anticipada se un canto a la vida, José, porque cada cosa que dejarías y cada cosa que recordarías, suena al momento sublime que viviste resaltando lo bellos que es la vida misma.
Me gusta como escribes y lo que dices.
Un abrazo.
Leo

Mercedes Pinto dijo...

"Si llegar ese día", dices... Llegará y no sabemos cómo ni cuándo. De manera que, lo que tengas que decir e imaginar, haces muy bien en decirlo e imaginarlo ahora, como este sentido y triste poema. Dices que no hay nada que entender, pero yo creo que sí, que estas palabras son el resultado de esos momentos en los que recuerdas la levedad del ser.
Un abrazo.

El magnetista dijo...

Un arbol de naranjas construye una memoria que no habita en las letras. Finitud del lenguaje frente a la infinito de la vida...

un abrazo

El magnetista

María Socorro Luis dijo...

... nada que entender o demasiado?...

por si acaso, me declaro neutral, poeta criptico...

ta muxus. Soco

RAFAEL LIZARAZO dijo...

Hola, José María:


Felicitaciones, tu poesía es muy buena y me quedaré en tu casa, con tu permiso.

Abrazos.

José María Alloza dijo...

No sé amigo Fernando, cuando escribía esto me parecía que no entendía nada al mundo, o por lo menos a lo que me ocurre en este momento…
Un fuerte abrazo.

José María Alloza dijo...

La verdad Leo, estaba más triste que la tristeza, el día que escribí esto; debe ser mi natural optimista que se escapa sin querer :-)
Un abrazo

José María Alloza dijo...

No sé Mercedes si recordaba la levedad del ser o si preferí escribir mas bien que pegarme un tiro…
Un abrazo.

José María Alloza dijo...

Algo así, Magnetista, o mi propia finitud frente al imposible de la vida…
Un abrazo.

José María Alloza dijo...

Ni yo mismo me entiendo, querida Soco….
Besos.

José María Alloza dijo...

Gracias Rafael, te doy la bienvenida a esta casa.
Abrazos