miércoles, 22 de septiembre de 2010

Revolución imaginaria.


Detalle de la decoración, Café restaurant Hotel du Nord.
Canal Saint Martin, Quai Jemmapes, Paris



Integral de los equívocos,
su propia crítica asumiendo,
traducible lo es todo,
los intraducibles incluidos, sobre todo.

Pasiva disposición hacia el sufrimiento,
la sensibilidad del futuro será un arma;
en fuerza transformado, el sufrimiento;
y esto se llamara: los dolores del parto.

Más allá del universo indiferenciado,
abiertas las líneas de ruptura,
el elemento tiempo desaparecerá
ahogado en el elemento sentido.

Ruinando el antiguo modo
de estar y ser en el mundo,
lo cual cambiará, diferentes cosas.

Qué es lo qué debe ser,
para que algo pueda ser
lo que (nos) sucede…

5 comentarios:

Mercedes Pinto dijo...

Así de inexplicable, complejo y doloroso es el mundo que conocemos, como tú lo cuentas. Sueño con ese otro "lugar" sin tiempo, donde la única esclavitud sea sentir.
Hasta la próxima.

César Sempere dijo...

Profunda reflexión que hace pensar. Algo que hoy escasea.

Un abrazo,

Noray dijo...

Esos tres últimos versos son inmensos. Me los tomo prestado para intentar encontrar la contestación.


Un abrazo.

Jose Zúñiga dijo...

No es pequeña la revolución que propones. Es la necesaria, la pendiente. Y lo expones de forma brillante.

Amelia Díaz dijo...

Convertir el tiempo en sentidos...ufff...

Un poema profundo y maravilloso, como no podría ser de otra manera, viniendo de ti, mi querido JM.

Besos